lunes, 16 de noviembre de 2015

NUESTRA CALLE MAYOR


Lo que en su día fue Cañada Real se fue convirtiendo en la principal arteria de nuestra ciudad, la calle se abría en sus extremos con dos puertas, al norte la de Monzón y al sur la del Mercado.

Aunque estuvo casi totalmente porticada en el siglo XVIII, muchos de los soportales fueron desapareciendo para poder ensanchar la vía.

La Calle Mayor tiene un trazado paralelo al río, y su longitud es aproximadamente de un km que va desde la plaza de León hasta el Paseo del Salón Isabel II.

Su nombre  hace alusión a su carácter de vía principal de la ciudad, de hecho hubo un tiempo que era conocida como “Calle Mayor Principal” para diferenciarla de la “ Calle Mayor Antigua” que discurre casi paralela a esta, más cerca del río
.
Hay dos personajes que ocupan un importante espacio en esta calle, porque de su mano han salido gran parte de los edificios que la conforman, estos son  Jerónimo Arroyo y Jacobo Romero.


Justo antes de comenzar la Calle Mayor, podemos contemplar el edificio de Correros y Telégrafos, ya en ella en la parte izquierda encontramos La Casa de La Federación y  avanzando hasta los Cuatro Cantones uno de los edificios más emblemáticos de nuestra ciudad, El Casino, obras todas ellas de Jacobo Romero.

De Jerónimo Arroyo podemos encontrar reformas del siglo XX, como El Convento de Las Agustinas Canónigas e Iglesia de San Agustín, que ahora alberga las dependencias de la administración del ayuntamiento de Palencia. Intervino también en su estructuración en el Palacio de los Aguado Pardo o Casa Junco.

Este arquitecto además proyectó La Casa de Flora Germán y Fulgencio García y el Colegio de Villandrando.

Este colegio, situado en la calle Mayor 36, fue mandado construir por la vizcondesa de Villandrando como asilo escuela para recoger a niñas huérfanas de la provincia de Palencia. Dedicándose desde su fundación a la enseñanza, se ha convertido en un referente de educación en Palencia. Actualmente es un centro de educación escolar.
Es de estilo modernista, aunque su fachada principal es una interpretación del gótico  veneciano y catalán. Consta de tres plantas, la inferior con soportales.
Lo más representativo de esta fachada es la cornisa con la que se remata, encargada a Daniel Zuloaga. Un colorido mosaico en el que se representa a la vizcondesa fundando el asilo.

Declarado Bien de Interés Cultural en 1998.

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