viernes, 10 de julio de 2015

AGUILAR DE CAMPOO, UNA VILLA CON AROMA

En la montaña palentina, al norte de la provincia de Palencia, nos encontramos la magnífica villa de Aguilar de Campoo. Estratégicamente situada entre el monte y el río Pisuerga y paso obligado entre la Meseta y el Cantábrico. A 1 hora de Santander, a 1 hora de Burgos y a 1 hora de Palencia.

Villa de origen medieval y famosa por su tradición galletera, pero su aroma no es sólo de vainilla y galletas, Aguilar huele también a historia, cultura, arte, nobleza y señorío, aroma que respiramos callejeando entre sus casas blasonadas, palacios, plazas, contemplando sus puertas, muralla, castillo, admirando sus iglesias, conventos, monasterio y deleitándonos con su paisaje. Aguilar no es tan solo una villa, es un museo al aire libre.

Aguilar comenzó su andadura por la historia encerrándose dentro de las murallas y al amparo del castillo para protegerse de todos los peligros de aquella época del medievo. A esta fortaleza se accedía a través de 7 puertas abiertas a lo largo de los más de 2 km de muralla que poseía. De todo ello hoy se conservan las ruinas del Castillo, 6 puertas y 700 metros de muralla. 




Esta fortaleza se construyó al lado del Monasterio de Santa María la Real que fue creciendo en importancia junto con la villa. Habitado, en aquel entonces, por monjes premonstratenses, abandonado en tiempos de la desamortización y posteriormente rehabilitado y reconvertido hoy en Instituto de Enseñanza Secundaria. En su iglesia alberga al ROM, Centro Expositivo del Románico y Territorio.
Dentro del recinto amurallado, a los pies del castillo, se construyeron las primeras Iglesias románicas como Santa Cecilia y San Andrés, y la población siguió creciendo hacia el río en torno a otra iglesia la de San Miguel, hoy Colegiata y en la que quedan pocos restos de aquella primitiva románica.

Este burgo medieval disfrutó de los favores y de la protección de los Reyes llegando a obtener la condición de Villa Realenga, fue también Señorío y Marquesado y con todo ello fue ganando en prestigio e importancia, por lo que se fueron construyendo también nuevas edificaciones como las casas blasonadas y los palacios donde vivían los señores, los nobles y los marqueses.

Apareció también una importante población judía atraída por la importancia comercial de la zona, como demuestra la presencia de una lápida, en la puerta de Reinosa, escrita en castellano antiguo y hebreo, además de la existencia de una sinagoga en esa zona.
En tiempos pasados Aguilar fue importante por sus molinos de harina, por sus batanes y sus tenerías. Pasando, con el devenir del tiempo, de esas pequeñas fábricas a las que actualmente dan fama y nombre a Aguilar de Campoo que son sus fábricas de galletas.

No sólo la villa es atractiva para el turista, también su entorno ofrece gran variedad  de posibilidades tanto para los amantes del románico, con más de 40 pequeñas iglesias repartidas por los pueblos de la zona, como para los amantes de las rutas naturales, con sus rutas por la Montaña palentina o las Tuerces, así como para los aficionados al turismo activo  o a la buena gastronomía.

Por todo ello Aguilar de Campoo es lugar de visita obligada, su aroma nos hará disfrutar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario